jueves, 13 de octubre de 2011

Aquello de cobrar por tus tweets

En este moda del marketing 2.0 (término que no le gusta a muchos) las empresas, locales, compañías y agencias de publicidad buscan cómo llegar a sus posibles y potenciales fan de cualquier forma.

Lamentablemente ese "de cualquier forma" muchas veces no es la más adecuada, tanto por la falta de ética, como por la poca credibilidad que a la larga generarán en cada uno de los usuarios que recomienden algo.

¿Por qué les digo esto? Pues por los ya conocidos "tweets pagados".

Los tweets pagados  no son otra cosa que los tweets que una empresa, local, agencia de publicidad le paga a determinados usuarios para que recomienden sus productos.

¿Por qué son tan dañinos? Justo por lo que indicaba anteriormente, a la larga los usuarios no creerán cuando alguien recomiende algo porque no sabrán si fueron pagados o no. No sabrán si son sinceros.

Particularmente recomiendo mucho los productos, lugares o locales que me gustan. Si me tratan bien, si me gusta el producto, no veo porqué no hacerlo.

No busco nada con ello, más que el gusto de que otros prueben lo que a mí tanto me gustó, aunque es obvio que los gustos son diferentes en todas las personas.

De la misma forma que recomiendo algo soy bien enfática cuando algo no me gusta y de igual forma no lo recomiendo. Tampoco gano nada con eso, más que el advertir que no pasen el mal momento que yo.

En varias oportunidades se me han acercado para preguntarme cuál es mi tarifa para recomendar un producto, para incluir en mis tweets personales recomendaciones de tal o cual marca, y en todas esas veces he sido clara en decirles que lo que recomiendo lo hago porque me gusta, no cobro NADA por recomendar ni tengo tarifas pensadas.

Una sola vez me atreví a ver hasta dónde era capaz de llegar una empresa y mantuve una comunicación por un tiempo acerca de pagos y "estrategias". Al final, y aunque lo que me ofrecía la empresa no lo hubiera despreciado todo el mundo, nada se concretó porque para mí la credibilidad es sumamente importante y no la voy a perder por unos bolívares o por recomendar un producto en mi cuenta personal con tweets pagados.

De muchos es conocido lo mal que se manejó cierta estrategia de cierto banco, y de cierto producto, con unas 5 o 6 personalidades, que se prestaron a esto. En resumidas cuentas todos quedaron mal parados y obviamente su credibilidad quedó en entre dicho. Leerles una recomendación es algo que nos hace pensar cuánto habrán cobrado por ello y qué tan cierto puede ser que el producto sea bueno o no.

Muy distinto es que las empresas o agencias de publicidad contacten a sus mejores seguidores, a aquellos que siempre hablan de sus productos sin un pago de por medio, pues con esto tienen una mejor credibilidad y la ética no está comprometida.

¿Qué ganan estos seguidores con esto? Seguramente seguidores, posiblemente un trabajo en otra área en la que no hubieran pensando antes, y descuentos en los productos, pueden ser muchos de los beneficios, PERO siempre y cuando a estos seguidores les guste la marca/producto tanto como para recomendarlo, incluso sin un beneficio extra.

Con el social media aprendemos cada día. Lo que sirve para una cuenta/empresa puede servir o no para otra, pero en esto de la credibilidad no hay medias tintas y no es un riesgo que deba correrse.

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